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Fabrice Hadjadj
La modernidad se fue, con su fe en el progreso
y en un ser humano capaz de salvarse por sus propias fuerzas. Hoy, en la posmodernidad, la gran pregunta ya no es: «¿Cómo promover al ser humano?», sino: «¿Por qué seguir con el?». De ahí surgen las tres tentaciones de nuestro tiempo: volver a la bestia, fusionarse con la máquina o evadirse hacia un divino que desprecia el cuerpo, la cultura y la historia. Por eso hace falta una nueva escuela, Incarnatus Est, cuyo objetivo no sea tanto aprender algo como convertirse en alguien, asumiendo su humanidad y recuperando la magnanimidad (del latín “magna anima”—grandeza de alma).
Hay que admitir que la propia universidad está en crisis. Se ve amenazada no solo por el auge de la inteligencia artificial, sino también por la caída del deseo natural. Entre consumismo y cansancio se pierde el gusto de una sabiduría viva. Incarnatus Est quiere devolvernos ese gusto, por una vida académica que se desarrolla en el seno de una vida comunitaria y que se nutre del aliento de una vida espiritual.
Aquí la inteligencia toma cuerpo, la invención brote de la tradición, y los estudios más precisos coinciden con el anhelo más profundo. Incarnatus Est propone una pedagogía creativa, que une la razón con el corazón, entrelace la formación intelectual con la obra artística y el trabajo manual, favorece una relación personal entre los estudiantes y los profesores. Así buscamos responder a los retos del mundo real y nos liberamos de las redes del mundo virtual. Así contribuye al surgimiento de una nueva generación comprometida en el mundo con discernimiento y esperanza.
Featured Work

La Escuela

Vida Académica

Vida Comunitaria


